El envejecimiento trae consigo la preocupación sobre quién nos cuidará y cómo lo harán. Queremos asegurarnos de recibir cuidados que respeten nuestras preferencias y no simplemente seguir directrices rígidas. Por ello, es fundamental encontrar un lugar donde podamos sentirnos como en casa, ya que pasaremos nuestros últimos años en ese entorno.

Para garantizar el mejor cuidado posible a nuestros seres queridos, debemos optar por un enfoque de Atención Centrada en la Persona (ACP). Esto implica reconocer la singularidad y unicidad de la persona y fijar la mirada en sus capacidades frente a aquello que la hace dependiente, apoyando su autodeterminación.

La ACP se enfoca en la capacidad funcional de cada individuo, ya sean independientes o dependientes para realizar actividades diarias, y por ende, requieren cuidados personalizados. La capacidad de tomar decisiones, basada en la autonomía de la persona que vivirá en la residencia, es otro concepto clave. Quienes ingresan a una residencia desean que sus rutinas y hábitos no se vean alterados de manera significativa.

Es crucial cambiar el paradigma del cuidado para alinearlo más con las preferencias individuales, teniendo en cuenta rutinas, hábitos, gustos y preferencias personales. La ACP va más allá de cubrir necesidades básicas, ofreciendo un enfoque que reconoce los derechos fundamentales, prioridades individuales y singularidades personales.

La ACP propone una calidad de vida que se fundamenta en la autonomía, participación, individualidad, integralidad, inclusión social e independencia, con una continuidad en el tiempo. Esto requiere un cambio en el enfoque del trabajo sanitario, orientándolo hacia el acompañamiento en la continuidad del proyecto de vida de la persona.

En conclusión, la ACP se centra en los valores individualizados, adoptando una perspectiva social que respeta y valora la singularidad de cada individuo. Este modelo no solo mejora la calidad de vida de las personas mayores, sino que también asegura que sus derechos y deseos sean siempre una prioridad.