La completa integración de personas con diversidad funcional, ya sea física o mental, depende de la propia persona, de su familia, de su entorno y, por supuesto, de toda la sociedad.
Tenemos que aprender a convivir con personas con necesidades especiales, dar el máximo apoyo para que consigan superar sus límites, prestar ayuda y ofrecer oportunidades para que puedan desarrollar todas sus habilidades y disfrutar de una vida plena.
Todas las personas funcionamos de forma diferente y necesitamos del entorno para poder desarrollarnos. Por lo tanto, cuando estas diferencias funcionales, respecto el estándar normativo que tiene la sociedad, interactúan con un medio social no accesible para estas personas, de alguna manera se van creando barreras y la persona sufre discriminación y desigualdad de oportunidades.
Hay que acompañar a las personas con diversidad funcional en su proceso vital y proporcionar los recursos necesarios para que puedan desarrollar todas sus potencialidades.
Los centros de día asociados a Vidallar garantizan el bienestar de las personas mayores, dependientes y con diversidad funcional, en su entorno habitual, generando redes de apoyo mutuo, promoviendo al máximo su autonomía personal y la participación comunitaria.
Como sociedad es imprescindible llevar a cabo una práctica inclusiva que permita a todas las personas avanzar en el camino de la vida con las mismas garantías y derechos.
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