Aunque disfrutamos mucho con el verano, también sabemos que, con esta estación, llegan las altas temperaturas y el calor.  Estos factores, si no se tratan adecuadamente, pueden producir deshidratación y golpes de calor, ya que cuando a nuestro cuerpo le falta agua, se puede llegar a una situación crítica que puede llegar a tener consecuencias fatales.

Saber cómo afecta el calor a los mayores en caso de deshidratación es clave, por lo que hay que vigilar los síntomas de la deshidratación, tales como:

  • Sensación de debilidad
  • Pérdida de la presión arterial
  • Calambres musculares
  • Ausencia de sudoración
  • Piel seca
  • Aumento de la temperatura corporal hasta los 40º

Para evitar la deshidratación, se debe:

  • Beber agua con frecuencia.
  • No tomar bebidas alcohólicas, con cafeína o mucho azúcar.
  • Evitar exposiciones prolongadas al sol.

Por otro lado, el golpe de calor puede surgir cuando experimentamos un aumento de las temperaturas tan exagerado que al organismo no le da tiempo a adaptarse a él. Algunos de sus síntomas son:

  • Piel seca.
  • Piel enrojecida.
  • Escalofríos.
  • Calambres en las articulaciones.
  • Desorientación.
  • Boca seca y pastosa.
  • Dolor de cabeza.
  • Falta de sudoración.

Así pues, vamos a disfrutar del verano y del sol, pero con precaución y cuidando la salud de nuestros mayores.